Radiovisiografía
La radiovisiografía es un sistema radiográfico llamado radiovisiografo que utiliza un "sensor digital" en vez de una placa ideográfica tradicional.
Las ventajas fundamentales es que, al ser digital, no hay proceso de revelado de la placa ideográfica, apareciendo en forma inmediata la imagen dental en una pantalla de monitor de una PC.
Otra ventaja es que esta imagen digital se puede aumentar de tamaño, cambiar por colores, dibujar en ella, etc. permitiendo un mejor diagnostico del profesional y un mejor entendimiento por parte del paciente.

Camara intraoral
Es una pequeña cámara digital que se introduce en la boca del paciente para informarle sobre el estado bucodental de este.

Láser
Hay diferentes tipos de láser y usos en odontología. Los usos son diversos: En la especialidad que mas se utiliza es en estomatología que es el tratamiento de enfermedades que afectan los tejidos blandos (encías, mucosa lingual, del carrillo, labial, etc) y cirugía. En menor medida es utilizado para el tratamiento de los tejidos duros: como caries, tratamientos protésicos, sensibilidad dental y como ayudante en el blanqueamiento dental.
VENTAJAS
Las cirugías con láser se desarrollan en campo seco y limpio, con incisiones claras y nítidas y con menor necesidad de anestésicos. Generalmente no es necesaria la sutura. Los post-operatorios no presentan dolor, con mínimo o ausencia de edema e inflamación, con una cicatrización más rápida y sin retracción posterior.
En cuanto a los tejidos duros las ventajas biológicas son un gran respeto por las estructuras dentarias sanas, con un incremento en el sellado marginal lo cual nos evita la filtración marginal, y sin posibilidad de recidivas por presencia de restos bacterianos en el piso cavitario. Prácticamente no se necesita anestesia, con lo cual pueden tratarse varios cuadrantes en una sesión. El láser elimina la caries del tejido dental y luego su restauración (curación o empaste) es realizado con un material estético (composite o resina compuesta). En el caso de la sensibilidad dental, el láser sella los canalículos dentinarios del cuello del diente, eliminando o disminuyéndola.
DESVENTAJAS
Unos de los objetivos primordiales del láser es desplazar a los instrumentales rotatorios clásicos (turbina y micromotor) pero aún debido a la versatilidad de estos y los altos costos de los equipos láser y su uso reducido, no ha podido eliminarlos del tratamiento diario odontológico.

Sistemas de inyección anestésica computarizada.
Estos sistemas desplazan a las tradicionales jeringas para aplicar anestésia local. La ventaja fundamental es que el instrumento computarizado mide la densidad del tejido a anestesiar y va controlando la salida del liquido anestésico paulativamente para evitar molestias o dolor.
El paciente anciano suele presentar varias enfermedades para las cuales toma distintos fármacos, de esta manera se incrementa el potencial de tener una respuesta alterada al medicamento. Por lo tanto antes de iniciar cualquier nuevo tratamiento es importante definir una serie de principios básicos que siempre debemos considerar.
1) Lo primero es plantearse si el tratamiento es realmente necesario. Muchos de los síntomas que pueden presentar o no requieren tratamiento o bien no existe un tratamiento efectivo. Con frecuencia llama la atención como mejoran algunos pacientes cuando se suspende algunas de las medicaciones que están tomando. Esto significa que un fármaco no debe ser usado por más tiempo del necesario; así la necesidad de revisar a intervalos periódicos la medicación prescrita resulta esencial.
2) El margen entre efecto terapéutico y tóxico es tan estrecho para algunos fármacos que su indicación para una determinada enfermedad puede ser correcta en un paciente joven y estar contraindicado en el anciano. Por ejemplo, la toxicidad relacionada con la edad para las benzodiacepinas con semivida larga, desaconseja su utilización en el paciente anciano.
3) Cuanto más fármacos se tomen, mayor posibilidad de experimentar un efecto adverso. A esto se une un aumento de la probabilidad de cometer errores cuando el paciente toma la medicación, bien por omisión de la misma, disminuyendo de esta manera su eficacia, o por tomar varias dosis, incrementando su toxicidad.
4) Elegir el tipo de presentación farmacéutica más adecuada. Las presentaciones sólidas para administración oral, como cápsulas, comprimidos o tabletas, son mal tolerados por los ancianos ya que resulta difícil su deglución. El uso de presentaciones líquidas, como jarabes, soluciones y comprimidos efervescentes, constituyen una mejor alternativa. En ocasiones, los supositorios también pueden ser útiles en los ancianos, por ejemplo, la administración de indometacina en esta forma de presentación puede ser útil para el tratamiento de artritis y artrosis. Sí es posible cuando se emplean varios medicamentos, se debería considerar la posibilidad de administrar presentaciones con distintos colores y formas, con el fin de evitar equívocos. Cuando se usen medicamentos cuya forma de administración sea compleja (aerosoles, inhalaciones, etc.), se debe explicar claramente al paciente la forma correcta de utilizarlo.
5) En general se acepta que la dosis en los ancianos deben ser menores que en los adultos. Sin embargo, este hecho sólo está claramente contrastado para algunos medicamentos. No obstante, el ajuste posológico debe ser cuidadoso, comenzándose con dosis pequeñas para posteriormente ir aumentándolas según la respuesta observada. La determinación de niveles séricos del fármaco es una técnica de gran ayuda en estos pacientes, así como la vigilancia de ciertos parámetros clínicos que nos permiten cuantificar la eficacia del tratamiento (tensión arterial en hipotensores, frecuencia cardiaca en la digoxina, etc.).
6) Mientras sea posible, las pautas de días alternos o de descanso en ciertos días de la semana, no resultan recomendables ya que empeoran el cumplimiento. Se pueden producir intoxicaciones al no recordar el paciente si ha tomado o no la medicación. Suele ser de gran utilidad hacer coincidir su administración con alguna actividad (comida, acostarse, etc), que refuerce la memoria del paciente. Al mismo tiempo es preferible la administración de una única dosis al día ya que la comodidad mejora el cumplimiento.
7) El anciano debe comprender que medicamento va a tomar y la importancia que tiene su correcta administración para su enfermedad. Se debe tomar en la consulta todo el tiempo que sea necesario para educar al paciente en cuanto a su utilización, e incluso, si es necesario, proporcionar instrucciones escritas de ello o sugerir el uso de un diario o un calendario para recordar los días de administración del medicamento. A veces puede ser necesario la colaboración con un responsable, vecino o amigo que pueda ayudarle. Si el paciente no tiene a nadie, puede ser necesaria la ayuda de personal sanitario o cualificado para su administración.
8) Ciertos fármacos se prescriben para procesos puntuales y, una vez que se ha controlado, su mantenimiento es innecesario, por lo que deben ser suspendidos. Sin embargo, con frecuencia el medicamento sobrante es almacenado en botiquines caseros, pudiendo ser utilizado en el futuro como automedicación. Por ello, parece razonable fomentar que el paciente lleve los envases a la consulta para informarle sobre la necesidad de utilización, eliminando aquellas medicaciones innecesarias que con poca probabilidad vaya a necesitar en un futuro cercano, o aquellas que puedan haber sobrepasado su fecha de caducidad.
Puntos clave:
- La respuesta de los ancianos frente a los medicamentos es distinta de la que presentan los enfermos de menor edad.
- El incumplimiento, la automedicación, la polipatología, y la polifarmacia son particularmente frecuentes en estas edades y modifican el efecto esperado de los medicamentos.
- El envejecimiento en si mismo puede alterar el comportamiento farmacocinético y farmacodinamico de muchas sustancias, haciendo a los ancianos más susceptibles a los efectos negativos de los medicamentos.- Esta mayor sensibilidad a los efectos adversos debe hacernos particularmente cuidadosos a la hora de seleccionar y ajustar un tratamiento, pero no debe llevarnos a la infrautilización de recursos farmacológicos de eficacia probada.
Normas de prescripción en pacientes geriátricos:
- Disminuir al mínimo el número de medicamentos: revisar otros tratamientos o valorar la necesidad de nuevos fármacos
- Considerar alternativas: no farmacológicas, fármacos menos tóxicos, formas farmacéuticas mejor toleradas, pautas simples y cómodas
- Ajustar la dosis: disminuir dosis (en ocasiones) o empezar por dosis bajas e incrementar
- Educar al paciente o algún familiar
- Revisar regularmente la necesidad de tratamiento
REACCIONES ADVERSAS A FÁRMACOS EN LOS ANCIANOS
Cerca del 10% de los ingresos en la unidad de agudos en Geriatría de un hospital son debidos a reacciones adversas a fármacos. En esto influye la pluripatología de estos pacientes, la cantidad de medicamentos que les son prescritos con las subsiguientes interacciones, el incumplimiento de los tratamientos... La mayoría de estos ingresos podrían ser evitados, por lo que se hace necesario mejorar la farmacovigilancia de los pacientes geriátricos.
Los ancianos son una parte cada vez más importante de la población española, que normalmente consume un gran número de medicamentos por la pluripatología que presenta. Las interacciones que pueden producirse entre los fármacos unidas a las patologías de base de los enfermos, que por el hecho de ser mayores presentan cambios en el metabolismo generalmente relacionados con disminución de las funciones renal y hepática, dan lugar a una peligrosa mezcla en la que las reacciones adversas a medicamentos son bastante frecuentes.
Podríamos preguntarnos cómo sabemos que una reacción se debe a un determinado fármaco. Para esto se aplican los criterios de causalidad de Karch y Lasagna, que se basan en varios hechos: que exista una secuencia temporal razonable, que la manifestación patológica sea una respuesta conocida y que no pueda explicarse por el curso de la enfermedad que se está tratando o por los efectos a otro tratamiento, y que el paciente mejore cuando el fármaco en cuestión es retirado.
Para estudiar este tema se ha realizado un estudio en el Hospital General de Granollers con ancianos que ingresaban en la unidad de agudos de geriatría. Se hicieron dos grupos, de forma que en uno de ellos se estudiaban, durante los primeros días de estancia en el hospital, los fármacos que tomaba el anciano en relación a la causa del ingreso, buscándose una posible reacción adversa. En el otro grupo ese mismo análisis se hacía una vez que el enfermo era dado de alta, estudiando los informes. Esta diferenciación se hizo para estimar si es más probable encontrar un efecto adverso a un medicamento cuando se piensa en dicha posibilidad desde el primer momento.
En conjunto, el 7´2% de los ingresos eran debidos a reacciones adversas a medicamentos. Los factores más directamente relacionados con estas reacciones eran la dosis del fármaco, alergias, duplicación de una medicación innecesaria, interacciones, indicación inadecuada o mal cumplimiento del tratamiento. Los síntomas que se presentaban con mayor frecuencia eran hemorragia digestiva e insuficiencia renal. Los fármacos más implicados en los ingresos fueron antiinflamatorios no esteroideos (AINE), antiarrítmicos e inhibidores de laenzima convertidora de la angiotensina (IECA). Como se había pensado, parece más probable encontrar una relación causa-efecto entre el motivo de ingreso de un paciente y alguno de los fármacos que toma si pensamos en esa posibilidad desde nuestras primeras intervenciones.
Aunque la mayoría de los enfermos tiene una recuperación completa tras la retirada del fármaco, se ha calculado que la tercera parte puede quedar con secuelas. Este punto es muy importante si tenemos en cuenta que el 75% de los ingresos en pacientes geriátricos relacionados con efectos adversos a medicamentos son potencialmente prevenibles. De esta forma, los médicos deben evaluar cuidadosamente el balance riesgo-beneficio a la hora de prescribir un medicamento a un anciano, insistir al paciente en el cumplimiento de los tratamientos y considerar ante una patología inesperada la posibilidad de que sea debida a alguno de los fármacos que toma.